GINEBRA.- El Gobierno sirio de Bashar Al Assad y los rebeldes armados que lo combaten cometieron "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad" durante el prolongado conflicto que desangra al país árabe, sostiene un informe realizado por la Naciones Unidas. Una comisión nombrada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, encontró "motivos razonables" para concluir que el Gobierno y su milicia, los shabiyas, cometieron crímenes de lesa humanidad como asesinatos, torturas, arrestos arbitrarios, violencia sexual, ataques indiscriminados, saqueo y destrucción de la propiedad. Pero, los rebeldes armados que combaten al gobierno hace 17 meses cometieron también numerosos crímenes de guerra, incluidos asesinatos y torturas, aunque no "han alcanzado la gravedad, la frecuencia y la escala" de los abusos cometidos por el Ejército, según el informe. La milicia shabiya fue identificada como responsable de muchos de estos delitos, según el informe hecho público y publicado en la web del organismo internacional.
La comisión de investigadores independientes, liderados por Paulo Pinheiro, reitera, que "la mejor solución" al prolongado conflicto "es un acuerdo negociado que implique un diálogo incluyente y significativo entre todas las partes", que de lugar a "una transición política que refleje las aspiraciones legítimas de todos los segmentos de la sociedad siria, incluidas las minorías étnicas y religiosas". El documento confirma un dramático agravamiento de la situación de los derechos humanos en Siria en los últimos meses y se produce mientras el Consejo de Seguridad no logra consensuar una estrategia ante la resistencia de Rusia y China de avalar una intervención extranjera. Karen AbuZayd, una experta estadounidense que trabajó como investigadora con Pinheiro, dijo: "Hemos identificado a ambas partes como culpables de crímenes de guerra y por supuesto una cantidad mayor y más variada del lado del Gobierno". En 17 meses de rebelión armada contra el gobierno de al Assad, las estimaciones de muertos fluctúan entre 10.000 y 20.000, según la ONU y el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
En tanto, una bomba accionada por los rebeldes explotó ayer en el centro de Damasco, cerca de edificios militares y del hotel ocupado por observadores de la ONU causando tres heridos y provocando una gran columna de humo negro en el cielo. Las fuerzas de al Assad lanzaron el mes pasado una contraofensiva contra los rebeldes que controlaban barrios de Damasco. Aún están combatiendo a los rebeldes en los alrededores de la principal ciudad del país y capital comercial, Aleppo. Más de 160 personas, incluidos 105 civiles, fueron asesinados ayer en distintos enfrentamientos.
La violencia contra el régimen ha llevado a 1,5 millones de personas a desplazarse dentro de Siria y ha obligado a muchos a huir del país. En Turquía, Jordania, el Líbano e Irak hay unos 150.000 refugiados. (Reuters-Télam)